El conflicto suscitado entre los comerciantes y sus empleados en torno al tema del horario me condujo a reflexionar, como ciudadana, como vecina y como potencial “cliente”, acerca de la importancia de participar y colaborar en este tema. Dada la situación económica que estamos viviendo, los comerciantes necesitan vender su mercadería y mantener así la fuente de trabajo. Asimismo, los empleados necesitan trabajar y a la vez cuidarse en esta pandemia. La mayoría utiliza el transporte público de pasajeros para trasladarse. Y someterlos a que tengan que realizar cuatro viajes diarios, es aumentar para ellos la posibilidad de contagio. Pero, aunque no hubiera pandemia, también me pregunto, ¿pueden ellos con el horario cortado, tener un resto de tiempo para realizar una actividad recreativa o cultural, para su enriquecimiento personal? ¿Para compartir la vida familiar con sus hijos, ver sus deberes, escucharlos? Si al menos estableciéramos el horario cortado, sólo del 1° de octubre al 1° de abril, les posibilitaríamos que al menos en un semestre del año pudieran tener mayor tiempo personal. Como educadora, creo que los tucumanos podemos aprender a realizar nuestras compras respetando esos horarios y ejercitando así la solidaridad que siempre nos caracterizó. Si afirmamos que la familia es un valor en nuestra cultura, entonces, pongamos todos nuestro granito de arena para que los padres puedan pasar más tiempo con sus hijos. Si queremos una sociedad mejor, aportemos con un “gesto solidario”, a una mejor convivencia. Entre todos podemos construir un Tucumán con mejor calidad de vida para todos.
Susana Montaldo
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